En El Playón ya no se madruga con la preocupación del techo ni se vende mirando al cielo. Los comerciantes del histórico mercado del Centro de Barranquilla celebran la entrega de la fase 3 de su renovación, una obra que pone en mejores condiciones de trabajo a 163 familias y le devuelve al sector un ambiente más ordenado, funcional y amable para el comprador.
Son 1.105 metros cuadrados intervenidos que hoy se sienten en lo cotidiano: pisos nuevos, cubiertas que protegen del sol y la lluvia, servicios básicos en buen estado y espacios pensados para que vender sea menos pesado y más rentable. El alcalde Alejandro Char recorrió los locales, conversó con los vendedores y destacó el impacto real que tiene esta transformación en la economía popular.
“Qué lindo poder estar aquí, en este mercado público tan espectacular. Qué bueno que es cambiarle la vida a los comerciantes de esta manera, poder trabajar en unos espacios con dignidad. Esto es bueno para el que vende y para el que compra, mejora la economía de todas nuestras familias y trae turismo a la ciudad”, dijo el mandatario durante el recorrido.
Un mercado que se siente distinto
La tercera etapa de El Playón no solo amplía la infraestructura, también mejora la experiencia de quienes llegan a comprar. Los espacios cuentan con accesibilidad inclusiva y una distribución que facilita la circulación, algo que comerciantes y clientes venían pidiendo desde hace años.
Aspecto de la nueva fase del mercado El Playón en el Centro de Barranquilla. Foto:Alcaldía
Una de las novedades más valoradas es la puesta en funcionamiento de cinco cuartos de refrigeración para flores, lo que convierte al mercado en un nuevo punto especializado para este tipo de productos. «Esto no solo reduce pérdidas, sino que abre la puerta a mayores ventas y mejores precios», explicó un funcionario del Distrito.
Para muchos vendedores, el cambio es evidente. Pasaron de trabajar expuestos al clima y al desgaste diario, a hacerlo en condiciones más seguras, con servicios básicos garantizados y un entorno que invita a quedarse.
El proceso de modernización del mercado se ha ejecutado por fases, permitiendo que los comerciantes se trasladen de manera temporal mientras avanzan las obras. Según el alcalde, ese esfuerzo compartido ya muestra resultados.
“Estas obras sí tienen buenos materiales y duran. A los que estrenaron la etapa 1 y 2 les está yendo superbien. Están contentos, están trabajando con dignidad. La gente creyó en nosotros, se mudó provisionalmente, esperó 90 días y hoy está estrenando”, señaló Char.
Los nuevos locales cuentan con mejores pisos, cubiertas, red eléctrica, drenajes y baños. Foto:Alcaldía
Los trabajos incluyeron cambio de cubiertas, nuevas estructuras, pisos, baños, mejoras en drenajes, red contra incendios y redes hidráulicas, eléctricas e hidrosanitarias. Una intervención integral que busca que el mercado funcione mejor hoy y en el largo plazo.
El Playón, punto clave del Centro de Barranquilla
Ubicado en la antigua plaza de mercado público, El Playón sigue siendo uno de los principales centros de abastecimiento de Barranquilla. Allí se consiguen frutas, verduras, abarrotes, carnes, especias y ahora también flores con mejores condiciones de conservación.
Los comerciantes del mercado El Playón posan con el alcalde Alejandro Char ne sus nuevos locales. Foto:Alcaldía
La renovación apunta a que más barranquilleros regresen al mercado, no solo por los precios, sino por la experiencia de compra. Un espacio limpio, ordenado y seguro, en pleno Centro histórico, que vuelve a ser atractivo para locales y visitantes.
Lo que viene para los mercados públicos
El alcalde anunció que la cuarta etapa de El Playón arrancará en enero, una vez pase la temporada alta de ventas de diciembre. También están en agenda otras plazas tradicionales de la ciudad.
“Nos pidieron la cuarta etapa, pero arrancaremos en enero. Viene La Magola, Barranquillita, la Plaza del Pescado, porque Barranquilla tiene un mercado público digno y los barranquilleros vamos a disfrutar de este Centro histórico”, afirmó.
Mientras tanto, en El Playón ya se siente el cambio. Menos improvisación y más orden.
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